La radiofrecuencia corporal es un tratamiento que se utiliza para reducir la adiposidad localizada, la flacidez y el aspecto de la piel de naranja.

La radiofrecuencia corporal se utiliza para combatir la flacidez, la grasa acumulada y la celulitis y para mejorar la silueta devolviendo al cuerpo su tersura y firmeza. La radiofrecuencia es una técnica idónea por ejemplo para corregir la flacidez producida en el postparto o las producidas por dietas de adelgazamiento, así como también para mujeres maduras con la piel menos elástica o zonas que tienden a caer, como la cara interna de los brazos o de los muslos.

Los efectos que se consiguen con este método son duraderos, siempre y cuando se lleve una vida saludable y se practique ejercicio físico de forma regular.

La técnica de la radiofrecuencia corporal consiste en transmitir calor a la piel aumentando la temperatura interna aproximadamente hasta los 40ºC. Esta temperatura consigue reducir la grasa acumulada gracias a que el calor rompe las células de la grasa haciendo que estas se diluyen en el organismo y sean eliminadas por vías naturales. Por tanto, el resultado definitivo de la sesión no se ve de manera inmediata, sino que se tienen que dejar pasar algunos días para poder empezar a ver los resultados.

El calor también estimula la producción de colágeno y elastina de forma natural, componentes esenciales para que la piel esté más firme y tersa.